Recientemente concluyó un importante evento musical en Chile, y los organizadores decidieron alquilar pantallas LED como elemento central de la presentación. Tras el evento, tanto el público como los organizadores compartieron comentarios positivos sobre el rendimiento de las pantallas. A continuación, un resumen de la experiencia y algunas lecciones que pueden ser útiles para quienes estén considerando una configuración similar.

Desde la perspectiva del público, la claridad visual fue lo más destacado. La pantalla central de alquiler P3.9 ofreció imágenes nítidas, e incluso a 20 metros de distancia, los espectadores pudieron apreciar con claridad los detalles de los artistas. En los festivales de música, la perfecta coordinación entre la iluminación y los efectos visuales es fundamental. En este caso, la frecuencia de actualización de 3840 Hz de la pantalla LED garantizó transiciones fluidas sin parpadeos visibles, mejorando enormemente la experiencia en vivo.
Para los organizadores, la rapidez y la estabilidad de la instalación fueron las principales prioridades. El montaje combinó estructuras colgantes y de soporte, y el equipo logró ensamblar la pantalla principal y dos laterales en tan solo ocho horas. En comparación con los proyectores tradicionales, las pantallas LED se adaptaron mucho mejor al exterior. A pesar de las temperaturas que rondaron los 30 °C (86 °F) y el viento y el polvo ocasionales, las imágenes se mantuvieron estables sin interrupciones climáticas.
En general, la respuesta a este evento chileno fue muy positiva. Las pantallas LED ofrecieron un excelente rendimiento en cuanto a calidad de imagen, brillo, estabilidad y ambientación. La satisfacción del público fue alta, y si bien los costos fueron elevados, el valor que aportaron fue evidente. Para futuros conciertos, festivales o eventos corporativos a gran escala, las pantallas LED para escenarios probablemente seguirán siendo la opción predilecta.
En pocas palabras: las pantallas LED no son el equipo más económico, pero aportan a los eventos un verdadero impacto. Los organizadores ven recompensada su inversión y el público queda impresionado.